Él no se alcanzaba a dar cuenta todo lo que pasaba durante
ese tiempo, las noches en vela, las lágrimas, las canciones, el sentirse
deshecha… Que no podías, que ya te daba igual si amanecía o seguía oscuro.
Salir a las calles y recordarlo, los pasillos, la
habitación… Esa blusa que quedó con su perfume tras el último abrazo con el que
se dijo “adiós”. Al principio haberlo conocido fue un sueño, pero luego se
convirtió en la peor de mis pesadillas.
No hablarle, ni escribirle… Por más de que muchas veces
pensé en hacerlo, por más de que tuve el teléfono en mis manos y escribí “Te
extraño” me faltó el coraje suficiente para enviarlo. Noche tras noche, día
tras día, días y noches en vela, alcohol, cigarrillos, lágrimas… El pan de cada
día.
¿Y él? ¡No lo sé! Quizás con sus amigos, su guitarra, su
música, con una cerveza en la mano y la cintura de Jamia en la otra, diciéndole
esas palabras lindas que en algún momento me susurró, esas que ya no tienen
valor alguno porque al final solo fueron palabras desechables; lo peor es que creí en él, confíe en el
supuesto cariño que profesaba. ¿Para qué? Perdí mi tiempo, salí herida y él
está allá, feliz, esperando unos meses para ser papá… Probablemente burlándose
de lo tonta que he sido, ya saben lo de siempre la estúpida “groupie” que se
acostó con el rockstar, se ilusionó y luego aterrizó a la realidad dándose
cuenta que no era nadie, que ese tipo de gente solo está con los de su especie,
que no hay cabida para gente real, torpe, que ama… Como yo.
Supongo que él fue quien más ganó. Una chica más en la lista
para que se agigante su ego, mientras yo solo tengo otra estúpida historia que
contar de lo patética que soy en estos asuntos a los que llaman romances.
Lo difícil no era perderlo a él, quizás lo difícil fue
perderme a mí misma cuando él se fue, darme cuenta que ya no era yo, que nadie
me reconociera, ni yo cuando me miraba al espejo. Nunca quise que las cosas
fueran así. Esperaba más de él, quizás demasiado y ese fue mi error. Aunque
wow, viéndolo así la de los errores siempre fui yo. Tan ilusa, crédula, tan
inocente, tan cerrada en mi mundo de
creer de que quizás si existiría alguien que valiera la pena. Me siento
bastante patética a decir verdad, como si fuera la primera vez que pasaba por
algo así. Aunque había pasado bastante tiempo desde aquella vez que me sentí
tan destrozada, volverme a sentir así fue desastroso, no quiero ni imaginarlo
en la cama con otra mujer, duele, hasta el alma, los huesos, quizás hasta los intestinos,
no lo sé, todo duele.
[…]
Las semanas han transcurrido, me alejé tanto del mundo
“real” que mi realidad se había vuelto él, hasta que sucedió lo peor, pero
aquello que sabía que algún día tendría que pasar… ¡Lo vi! Pero no como me
hubiera gustado. Lo vi con otra, con ella… Felices, de la mano. Él sonriendo,
como siempre, como lo conocí. Mi cámara colapso conmigo, como mi fiel compañera
que esta vez me hizo una mala pasada por a través de ese lente vi reflejado el
peor de mis miedos, creo que jamás me
había sentido tan impotente en la vida, solo se me ocurrió huir, llorar
como todas esas noches, volver al café y los cigarrillos, a las canciones
tristes, los recuerdos, las cartas.
Es probable que a él no le importe. Pero así me siento y así
es todo desde que se marcho.
Esperé tanto por un nuevo capítulo... ¡Y al fin está aquí!
ResponderEliminarFue un tanto triste, inclusive, me hace querer matar a la Jamona esa para que Frank esté con Marce.
Vaya que sería doloroso ver a la persona que quisiste demasiado con otra. Tal vez sé que se sienta.
Muchísimas gracias por subir :)