lunes, 28 de enero de 2013

Capitulo 24.

Ha pasado un mes desde la ultima vez que vi a Frank, un mes que para mi ha sido eterno. Me había mal acostumbrado de una u otra manera a su forma de ser.

-¿Te quedarás toda la mañana frente a la ventana?
- Si pudiera lo haría. Pero al rato tengo clases.
- ¿En qué piensas? ... O no, mejor adivino.. ¡Frank Iero!
-¡Cállate!
- No lo haré. ¿Qué paso ahora?
- Nada, es que hoy ya es un mes desde la ultima vez que lo vi.
-¿Lo extrañas?
- No te imaginas cuanto.
-¿Porque no vas a buscarlo?
- El tiene una familia a la cual hacer feliz. ¿Para qué perder el tiempo?
- Tienes razón.
- ¿Crees que me extrañe?
- Estoy segura de que es así, tantas veces que vino a buscarte y los regalos, la salidas a tomar café.
- ¡YA! No me lo recuerdes.
- Deberíamos salir y tomar algo.
-¿ Y las clases?
- Tú todo el tiempo fallabas para irte con Frank, a mi no me vengas con esos cuentos.
- Está bien.

...

- Frankkkkkkkkk - Grita Mikey mientras se le abalanza encima.
- Michaeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel. ¿Quieres matarme?
- No, pero es que llevas horas como un zombie ahí tirado mirando por la ventana.
- ¿Y qué tiene?
- Púes que tú generalmente andas por ahí haciendo travesuras, a menos de que este Jamona... ¿No está por aca verdad?
- No y tampoco sé donde ande.
- ¿Entonces qué pasa contigo?
- Es Marce.
- ¿Está aquí?
- No, eso quisiera.
- ¿La extrañas mucho verdad?
- sí.
- ¡Vamos a buscarla esta noche!
- ¡Estás loco Michael!
- Hazme caso. Ella también te debe extrañar.
- No lo creo.
- Sé que sí.
- Mejor vamos por un café.
- Me parece.

Y como son las cosas del destino, luego de que pasara un mes desde aquel ultimo día volvieron a encontrarse en el mismo cafe de la primera vez.
Claro que no estaba lloviendo y estaba Mikey y Rox, lo cual no hizo de la cita algo muy romántico.

Se sentaron en mesas apartes como dos desconocidos, aunque no se quitaban la mirada uno del otro. Ella estaba nerviosa por el simple hecho de estar en el mismo lugar que él, sentía que el corazón se le aceleraba, las manos le sudaban, era como aquel primer día pero esta vez no era él quien la acompañaba en su mesa.
Él trataba de ignorar el mismo hecho, pero no podría. quería cruzar su mirada con la de ella y que de algún modo se diera cuenta de que la extrañaba como a nadie y que la necesitaba.
Mientras ambos pensaban: "Que por favor derrote el orgullo y se acerque"... Pero ninguno se animaba. Ambos bebieron su café, Marce fue la primera en salir de allí con lágrimas en los ojos pero prefirió huir antes de que él notara que estaba muriendo lentamente...